Durante mucho tiempo se pensó que una serie sobre programadores no podría tener éxito porque muy poca gente entiende los unos y los ceros que hacen girar al mundo moderno. Sin embargo, Mike Judge, entendio que el mundo del geek a mucha gente le apasiona.
Los chistes son clavados, los personajes introvertidos y aunque no es necesario saber exactamente qué es un "algoritmo de compresión de datos", sí hay que tener conocimiento básica de la eterna relación/odio entre start ups y las enormes corporaciones de tecnología y sus excéntricas políticas corporativas. Esta serie es auténtica e irreverente.