Esta película opta por cobijarse en la oscuridad de los convencionalismos. La trama es simple: una pareja interpretada por Julia Stiles y Scott Speedman y su pequeña hija dejan su vida en Londres para mudarse a Colombia, en dónde se verán arrastrados por la vieja leyenda de unos niños muertos, cuyo trágico destino marcó para siempre a la comunidad. Es sobre esto que el director trabaja, siguiendo al pie de la letra la receta más básica del genero de terror. Entrega así una estructura aceptable, líneas dramáticas bien definidas e incluso algunas atmósferas rurales inquietantes.
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